domingo, 13 de junio de 2010

"HOMBRE CONQUILIOLÓGICO"


El mosaico de conchas que cubre una superficie de 128 por 210 centímetros, representa aparentemente la figura de un ser marino flotando en aguas ancestrales. Primariamente es un hombre, pero las formas de las valvas distorsionan el dibujo inicial, dando origen a una nueva forma. Dicha figura flota, suspendida dentro de una burbuja, especie de útero protector.

Los colores y matices propios del nácar aportan el cromatismo al mural, debidamente contrastado para dar expresión al personaje, y la diversidad de texturas incorpora una dimensión táctil a la obra.

Hay cierta ambigüedad en este “hombre”. ¿Se trata de un humano o de un monstruo de las profundidades del mar? ¿Es acaso una regresión a períodos pretéritos de la Humanidad, o el artista quiere evocarnos la perdida infancia? También podría ser la representación del mito de la caída o el nacimiento de la vida surgido en el océano.

En estos tiempos, en que el ser humano flota en un océano de soledad e inseguridad, este “hombre conquiliológico” nos da la esperanza de un nuevo renacer en las aguas primordiales del amor.

Proponemos una interpretación abierta que de al espectador la libertad de proponer respuestas; que nuestro mosaico sea un espejo en que lo visual y lo háptico reflejen sus propias historias y emociones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario